Uno de los chistes más viejos en torno a la tenencia de los perros, es aquella vieja excusa que se le daba a los maestros cuando no se hacía la tarea porque el perro se la había comido, si bien, puede sonar gracioso o ridículo, pensar que un perro puede comerse la tarea, bueno, hay que saber que muchas personas, han vivido esa experiencia en la cual sus mascotas no solo se comen sus tareas, también lo hacen con documentos importantes.
Así es como muchas personas han contado divertidas anécdotas en las cuales, los cómplices caninos se comen tareas, papel de baño, servilletas, las facturas, las cuentas, el periódico, la correspondencia o hasta pasaportes.
De hecho, internet está lleno de curiosas anécdotas de personas, quienes, pasaron un mal rato porque sus perros se comieron un papel importante.
Una de las anécdotas más curiosas y notorias de este año fue el de una joven taiwanesa, quien, a principios de año, en enero de 2020, tenía un viaje programado para visitar Wuhan, pero no pudo hacerlo porque su perro se comió justo unos días antes de su partida, su pasaporte; si bien esta joven se enojó mucho al principio, conforme se dieron los hechos agradeció enormemente a su perro por tal acción.
Esta no es la única anécdota graciosa, ya que, seguramente habrá quien diga, no pague los impuestos o la luz, porque mi perro se comió la factura de pago, o puede pasar como sucedió con un Bulldog, la mascota de una universidad, quien decidió comerse el diploma de una estudiante cuando se tomaron la foto.
Todas estas anécdotas pueden parecernos muy graciosas, por aquello de lo locas y absurdas que pueden sonar, pero, hay que saber que, este tipo de travesuras, que es muy común, sobre todo cuando llega la correspondencia o se deja mal colocado un papel importante, bueno, además de que se corre el riesgo de perder documentación de importancia, el que un perro coma papel, no es gracioso, y puede significar un grave problema a salud, que cause desde obstrucciones intestinales, hasta complicaciones más severas que pongan en riesgo su vida.
Por ello, para cuidar papeles relevantes, pero, sobre todo, para salvaguardar el bienestar de un canino, lo mejor es dejar fuera de su alcance, sobre todo aquellos que suelen hacer eso, los papeles; además de considerar la corrección de este comportamiento.